Son muchas las personas que nos han escrito preguntándonos qué pueden hacer para que su alarma no salte cuando su mascota se queda sola en el hogar y si existen alarmas para hogares con mascotas. Somos conscientes de que esta situación es de lo más normal y de que tener un buen sistema de seguridad se vuelve más complicado en estos casos, ya que están diseñadas para cuidar de la casa cuando supuestamente no hay nadie dentro. Por eso queremos explicaros si es o no incompatible tener un sistema de seguridad del hogar y una mascota a la vez.
¿Cuál es el problema?
Como ya explicábamos al inicio, estos sistemas están diseñados para cuidar de la casa cuando no hay nadie, pero lógicamente un animal es alguien, y al moverse por las distintas habitaciones, interfiere con los sensores, provocando o bien su inutilización o que salte de manera errónea creando un gran revuelo.
Si esto ocurre de manera continuada, puede suponer una gran molestia no solo para nosotros si no para la empresa de seguridad que tengamos contratada. Además, puede ocurrir que hartos de esta misma situación, cuando ocurra de verdad un allanamiento o robo, ignoremos la alarma. al final lo único que estamos consiguiendo es pagar por un servicio que no estamos usando correctamente y que no nos evita los posibles robos en el domicilio.
Compatibilidad entre alarma y mascota
La buena noticia es que sí que existen maneras de proteger tu hogar aun cuando tus mascotas se quedan en él.
Sensores de movimiento con discriminación
Existen ciertos sensores de movimiento que pueden calibrarse para que ignoren el movimiento de cuerpos de un tamaño determinado. Es decir se ajustan para que sean capaces de discriminar por volumen, lo que resulta muy útil en el caso de animales domésticos, como perros o gatos ya que les permite estar en casa sin que salten las alarmas.
Existen, sin embargo, algunos inconvenientes, ya que aunque hayamos determinado su volumen, la movilidad de ciertos animales, como los gatos, hacen que sea un autentico reto para los sensores de movimiento. Por poner un ejemplo, si un gato se sube al mueble del salón, los sensores sumaran ambos volúmenes, lo que provoca que lo detecte como un cuerpo en movimiento de gran tamaño. Lo considera un intruso y, por lo tanto, salta la alarma.
Lo mismo ocurrirá si la mascota que tenemos es de gran tamaño, superando el volumen indicado, ya que será como si de una persona se tratase.
Protección en las entradas
Una de las maneras más efectivas de conseguir lo que estamos buscando es configurar el sistema de seguridad de manera que los sensores de movimiento de la vivienda solo se activen cuando se encienda la alarma, y que esta este activada solo para saltar si alguien entra por la puerta.
De esta manera , todos los sensores del interior permanecerán inactivos y por lo tanto la mascota no supondrá una molestia.
Limitar los espacios
La solución anterior es buena si se trata de un piso de difícil acceso en el cual la mejor y casi única opción sea la puerta. Pero ¿qué ocurre si tenemos una casa o chalet?. Otra alternativa es dejar a las mascotas únicamente en uno de los habitáculos de la casa y ese en concreto dejarlo inactivo, activando los sensores de seguridad en el resto de la vivienda.
Los únicos peros de esta última solución, es asegurarnos de que la mascota esta tranquila en la habitación escogida y que no va a intentar salirse, y claro está, acordarnos siempre de hacerlo antes de salir de casa.
Acudir a profesionales
Si vais a pedir información sobre alarmas no olvidéis nunca comentar que en vuestro hogar viven mascotas, ya que para daros la solución más efectiva y ajustada a vuestro caso se deben conocer todos los detalles. Los profesionales os daremos una solución en función de ciertas características, como el nivel de seguridad buscado y el tamaño, tipo y actividad de la mascota.
Ahora ya conoces las maneras de poder disfrutar de toda la seguridad en tu hogar para tu familia y tus queridas mascotas. Si os ha quedado alguna duda o queréis que os ampliemos la información, no lo dudéis y hacernos llegar vuestras preguntas.